La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles es una de las principales prioridades a nivel mundial. En este contexto, la energía de hidrógeno ha emergido como una alternativa prometedora, especialmente en la generación de electricidad. La instalación eléctrica de energía de hidrógeno no solo proporciona una fuente de energía renovable, sino que también contribuye a la reducción de las emisiones de carbono, un aspecto esencial en la lucha contra el cambio climático.

    ¿Qué es la energía de hidrógeno?

    La energía de hidrógeno se obtiene mediante la conversión del hidrógeno en electricidad, un proceso que se lleva a cabo en las pilas de combustible. El hidrógeno, cuando se combina con oxígeno, produce energía eléctrica y, como subproducto, solo genera agua, lo que lo convierte en un combustible extremadamente limpio. Además, el hidrógeno puede almacenarse y utilizarse según la demanda, lo que hace de esta tecnología una opción flexible y fiable para distintas aplicaciones, desde la automoción hasta la producción de electricidad.